Читать книгу Tú y yo онлайн

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Desde ese instante hasta que me pude confesar por primera vez empecé a sentirme mal, me sentía sucia, sentía que había hecho algo muy malo. Pasé un año con remordimientos y sin ganas de divertirme, casi nada hacía que me sintiera en paz conmigo misma. Una de las veces que nos juntamos en mi casa, Albertito me pidió volver a hacerlo, esta vez en el cuarto de baño, a lo cual no accedí, así que me anunció lo más alto que pudo que dejaba de ser mi amigo y se fue de mi casa. Mi hermano vino corriendo al escucharle y se enfadó conmigo, pensando que le había hecho algo para que se fuera. Por supuesto, que seguimos viéndonos, aunque yo procuré nunca volver a quedarme con él a solas. Procuraba que estuvieran siempre presentes sus otros dos hermanos y el mío.

El siguiente chico que me interesó, y ya no solo como amigo, fue Marcos y ocurrió cuando estaba estudiando octavo de EGB y tenía trece años. Me empezó a gustar el chico más popular de mi escuela. Tenía una preciosa melenita rubita y unos ojos verdes como los míos. Era una monada y, además, bailaba fenomenal. Iba a mi clase y no parábamos de mirarnos y tontear, pero como interesaba a muchas chicas y las había muy guapas, pensé que tenía mucha competencia. Yo también era muy popular y ya me habían dicho varios chicos de la clase, o se lo habían dicho a mi hermano, que querían salir conmigo, pero a mí el que de verdad me interesaba era Marcos. Un día se acercó y me dijo que le gustaba. Yo le dije que él a mí también.

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