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Por supuesto, existen sistemas aún más extremos, que benefician a los más privilegiados aún más que el sistema canadiense, el italiano, el francés, el español o el alemán. Pero, ¿es ése el horizonte que queremos fijar? En Brasil, por ejemplo, hasta 2015 no había límite fijo para las sumas que los ciudadanos o las empresas podían donar. Las empresas podían donar hasta 2% del valor bruto de sus ventas del año anterior a las elecciones. Así, las grandes empresas podían contribuir en gran medida al financiamiento de las elecciones y las pequeñas, no. Mientras más dinero ganara una empresa, más podía contribuir. ¡Extraña forma de llevar la democracia! Desde 2015, después del escándalo de Petrobras,32 las donaciones políticas de empresas están prohibidas. Pero ¿qué hay de las donaciones individuales?

Hasta la fecha, en Brasil los individuos más ricos están autorizados por ley a donar más que los pobres. Por ley. Así, el monto de las donaciones está limitado a 10% del ingreso bruto percibido en el año anterior a las elecciones. Un ciudadano que gane 10 millones de euros puede donar hasta un millón. Un ciudadano que gane 13 mil euros (el ingreso nacional promedio en Brasil) no puede donar más que 1300… ¿Por qué las desigualdades no se han reducido en Brasil, ni siquiera durante el gobierno de Lula?33 Aquí se puede encontrar, al menos, una parte de la explicación.

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