Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

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—Nada... Nada —repitió, intentando tranquilizarse. No podía quedar como un idiota delante de su hija. Sonrió y, cuando volvió a hablar, intentó que la voz le sonase indiferente—. Solo es curiosidad.

—Mmm, vale... —acotó la joven encogiéndose un poco de hombros, gesto que había heredado de Kyle. Después de mirar la hora, Bethany acabó de desayunar a toda velocidad.

—Si comes así te sentará mal —señaló él.

—Es que tengo que irme, papá. Llegaré tarde a baile, pero tampoco quería irme con el estómago vacío —se levantó con el libro en la mano, aunque enseguida volvió a dejarlo sobre la mesa. Kyle siguió con minuciosidad cada uno de sus movimientos—. No me llevaré el libro, por si quieres saber cómo acaba la historia. Y, por cierto, puedes encontrar información sobre Miranda en su página web.

Bethany no era tonta e intuía que su padre le ocultaba algo porque la curiosidad que había mostrado por conocer el nombre de la autora del relato no era normal. Y, a pesar de que se moría de ganas por saber la verdad que se escondía tras la historia de la chica policromática, lo conocía lo suficientemente bien como para saber que no le diría nada. Ya se encargaría de averiguarlo más adelante.

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