Читать книгу La historiografía medieval. Entre la historia y la literatura онлайн

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En lo que concierne al género literario, las genealogías están redactadas en la forma seriada condicionada por su opción claramente dinástica, mientras que la prosa de las crónicas suele alcanzar tintes dramáticos y épicos, e incluso, para lograr ese efecto épico, utilizan como fuente los textos rimados anteriores que narraban las gestas de los reyes.ssss1 Respecto a las formas gramaticales utilizadas, la complejidad de las crónicas delata un mayor dominio por parte de su redactor de las técnicas narrativas, lo que indudablemente genera un dinamismo mucho más considerable que la rígida estructura de las genealogías.

Todas estas características del texto están íntimamente relacionadas con los condicionantes y las motivaciones que le llegan de su contexto. Así como algunas genealogías se suelen redactar en el ámbito de los claustros de los monasterios, por encargo directo de reyes y condes (esto evidentemente ya no vale para las genealogías tardomedievales), las crónicas se suelen elaborar ya en el contexto físico e intelectual de las cortes –quizás con la única gran excepción de las Grandes Chroniques de France–. Si durante los siglos XI-XII las nacientes monarquías luchan por su consolidación, a partir del siglo XIII la fuerza de los hechos confirma su prestigio y solidez, lo que les permite lanzarse a una audaz política de expansión política, militar y comercial –cuya narración se aviene mejor con la jugosa prosa cronística que con el esquemático ritmo narrativo genealógico–. Esta evolución tan peculiar «de las genealogías a las crónicas», que afectan tanto al contenido de la forma de los textos como a las circunstancias de su contexto, no es lógicamente un hecho aplicable únicamente a la Edad Media.ssss1

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