Читать книгу Transpersonalismo y decolonialidad. Espiritualidad, chamanismo y modernidad онлайн

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Indudablemente las técnicas derivadas de los estados ampliados de la conciencia se han combinado perfectamente con observación y empirismo muy sofisticado. Es el caso de los kallawaya de Bolivia y su extraordinario conocimiento sobre el uso de una amplia variedad de plantas medicinales nativas, cerca de 900 especies distribuidas en diferentes ecosistemas, además de 29 especies exóticas introducidas desde otros continentes y el uso de animales, minerales y prácticas psicoespirituales. Así, la farmacopea kallawaya es una de las más ricas del mundo. Los kallawaya, cuya ciencia y cosmovisión fue proclamada por la Unesco como “obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad” en 2003, se hicieron famosos internacionalmente cuando entre 1888 y 1915 viajaron varias veces a la zona del canal de Panamá, cuyos constructores en condiciones de semiesclavitud por los intereses estadounidenses morían por efecto de brotes de malaria. Los kallawayas se ofrecieron a curar a los trabajadores con la corteza de la quina (Cinchona sp.), cuya efectividad llamó la atención de la medicina alopática mundial, por lo que, en 1896, fueron invitados a participar en una exposición de hierbas en París. Sin embargo, ellos llevaban tres mil años curando, viajando, enseñando e incorporando nuevos saberes médicos, y ya los incas de Cusco los habían llevado a su corte, donde les otorgaron el honor de llevar el palanquín del emperador, asesorar a sus amautas y ejercer para la nobleza.

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