Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Cuando por fin estuvieron listas, me fui hacia al negocio de Doña Rosalba. En el camino pasé por otro camino mucho más solitario, debía cruzar por una estación de gasolina y una parada de taxis. Pasé por en medio y salí hacia el lateral del puente que daba a una calle oscura y solitaria, en la mitad de la calle había un callejón mucho más oscuro, pues no había postes de luz y me metí por ahí, quería observar si en ese callejón había algo que me interesara, ver si me encontraba a alguien y efectivamente fue así.
Había un taxi con el motor y las luces apagadas y fuera estaba su conductor follando con una travestí, pude notar que la travestí se lo estaba follando a él. Yo para disimular me disculpé y pregunté por donde estaba la fábrica de pollos y vi cómo le colgaba la polla. La travestí tenía unas tetas grandes y la polla erecta. Salí corriendo de aquel callejón, pero con cierto morbo, pues me excitó aquella escena.
Al llegar al puesto de Doña Rosalba, había muchas personas y ella atendiéndoles con la ayuda del vigilante del parqueadero*. Doña Rosalba me regañó, pues me había demorado mucho y ella no podía quedarse sola mucho tiempo, porque tenía que fritar* para no quedarse sin producción. Yo como pude me excusé y le dije que no había hojaldras listas.