Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Ese momento fue fantástico, pues pude ver las pollas de mis amigos y ellos la mía, sin duda la mía era mayor que las de todos ellos, tanto que Nicolás me la tocó y luego los demás y cada uno masturbaba al otro e hicimos una competición de quién se corría más lejos.

Por supuesto ninguno eyaculaba con esa edad, pero fuese lo que fuese lo que salía, Nicolás nos ganó pues era el morenazo del grupo. Después de esto nos pusimos a jugar, como si no hubiese pasado nada aquella tarde en clase de educación física.

Un día estando en casa me llamó mi vecino David, que era de mí misma edad, él estaba solo en casa y quería jugar conmigo, pero su intención era otra, pues después de un momento me dijo si nos hacíamos una paja, yo le dije que sí, ya que todo lo que tuviese que ver con sexo me producía mucho morbo.

David era un amigo muy tímido, pero morboso, ese día me pidió que le mostrase la polla, lo hice y fue tanto su morbo que me la acarició provocando que se me pusiera muy dura, en ese mismo momento nos pusimos a pajearnos mirándonos uno al otro. Su polla era normalita, pero muy dura, se la toqué y le pedí que me la dejase chupar, a lo que él accedió, era tanto su placer que le lubricaba mucho, hasta que los dos llegamos al momento del clímax, pero era tan tímido que al terminar me pidió que me fuese, porque estaba al llegar su madre y su hermano.


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