Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Después de ponernos cachondos en su habitación nos fuimos al baño, ya que en su habitación no había puerta, entramos y él se sentó en el inodoro y me volvió a chupar la polla, mientras se metía el dedo por el culo, hasta el punto de ponerse de pie y poner su pie izquierdo en el sanitario para así ayudar a abrirse más el culo. Su agujero era rosadito y su polla preciosa, gorda y bien dura, aunque yo tuviese dos años más que él, estaba claro que él ya había tenido alguna complicidad, pues tenía incluso más experiencia que yo en el área sexual. Le chupé el culo y la polla hasta que llegó el momento en el que me dijo: “Métemela ya” y cuando fui a hacerlo su padre nos golpeó la puerta fuertemente y nos jodió el maravilloso momento.
Salimos muy asustados, los dos sabíamos que estábamos haciendo algo “malo” y más, porque el que nos había pillado fue Don Hamir, su padre, y nos dio mucha vergüenza. Yo me fui para mi casa y él, seguro que, en la suya aguantó el regaño de su padre.
Al día siguiente en horas de la tarde, vino su madre y empezó a hablar con mi madre, después de un buen rato hablando entre ellas, mi madre vino a mi habitación y me dio una pela*, me regañó y de paso me castigó, ya que Óscar había dicho que yo le había obligado a hacer lo que estábamos haciendo, entonces fui el que corrió con todo el castigo y el título de violador, porque tenía dos años más que él y eso mi madre me lo recalcó mientras me pegaba.