Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

50 страница из 173

Un día cualquiera después de jugar, las chicas y los chicos nos juntamos por separado, algunos tenían que recogerse más temprano, así que quedamos los más vagos y nos fuimos hacia el Jarillons, donde había muchos árboles y allí nos encontramos al hermano de Diego, nos sentamos todos a su lado y empezamos hablar de las chicas, de sexo y hubo un momento en el que uno por uno, empezamos a decir que se nos había puesto la polla dura. Todos nos subimos a un árbol y nos empezamos a masturbar hasta el punto de corrernos y luego soltamos las carcajadas, pero a mí me había encantado ver las pollas de mis amigos, aunque ya con algunos había tenido alguna complicidad.

Al finalizar el curso, mi madre se enteró de que tenía que recuperar muchas materias y me castigó, así que no pude seguir con tanta libertad para estar en la calle, pero un día, Sebastián un amigo de mi cuadra, entró para saber cómo me estaba yendo con las clases, aunque sus intenciones eran otras, al rato me tocó la polla haciendo que se me pusiera dura. Sebastián tenía un año más que yo, pero sin ninguna experiencia, me abrazó y frente a frente empezamos a sentir nuestros cuerpos, rozando nuestras pollas duras, pero yo poco a poco fui bajando hasta que se la mamé, él se corrió en mi boca y aunque no tenía una gran polla, me gustaba mucho porque era un moreno guapo y siempre imaginé como sería su polla Y a pesar de irse corriendo de mi casa, supe perfectamente que había venido para eso.


Правообладателям