Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

90 страница из 173

No tenía gran polla, pero suficiente para darle una buena mamada, además Eduardo era joven e indio y aunque no era gay, le había pillado en un momento muy caliente y debido a mi descaro, empezamos a ser buenos amigos y cada vez que me veía, me citaba en el sitio de siempre, para que le hiciera una mamada.

Un día que no me tocaba trabajar, llamaron a casa de Don Hernando de madrugada y era Alba, diciendo que me fuese a Sameco porque a su tía Aracelly no le había venido un trabajador y necesitaban urgente alguien para cubrir ese puesto, así que me tocó salir de casa y coger un taxi.

Al tomar el taxi pude ver que era un conocido de Sameco, de camino él empezó con mucha confianza e incluso puso su mano entre mis piernas y aunque no tenía confianza con él, el acto en sí me daba mucho morbo, así que pudo notar mi polla dura, me llevó a un sitio, allí sacó la enorme polla venosa muy rosadita y me gustó tanto que no puede evitar abalanzarme a ella y darle una mamada hasta sentir su leche en mi boca y al mismo tiempo correrme, al llegar a Sameco le dije que la carrera era gratis, ya que la mamada de polla también costaba. Él se enojó, aunque cada vez que podía me invitaba a que se la chupara y como tenía buena polla yo estaba feliz.


Правообладателям