Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн
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Nachiketa se desplazó al mundo de Yama (el señor de la muerte). Cuando llegó allí, Yama estaba ausente y tuvo que esperar durante tres días y tres noches sin comer ni beber. Cuando Yama regresó y vio a aquel joven brahmán de cara radiante, se disculpó por los días que había tenido que esperar y le otorgó tres deseos. Aquí empieza una profunda conversación que contiene de forma concisa y clara la esencia de la metafísica de las Upaniṣads. Uno de los deseos de Nachiketa fue que Yama le mostrara el misterio de la muerte y le revelara qué es lo que realmente muere con la muerte del cuerpo.
Nachiketa dijo: ¡Oh Yama! Me has dicho que incluso los mismos devas tienen sus dudas respecto a esta cuestión y has declarado que no es fácil de comprender. Sin embargo, no podré hallar a otro maestro como tú. Ningún otro deseo es comparable a este.32
Yama, para disuadirle de formular esta pregunta, le propuso que le pidiera hijos y nietos que vivieran cien años, le ofreció elefantes, caballos, ganado, oro, un vasto dominio sobre la tierra e incluso vivir cuantos años deseara. Le ofreció salud y larga vida y le dijo: «Haré que disfrutes de todos tus deseos». Le brindó también doncellas celestiales (apsaras), con sus carrozas e instrumentos musicales, mientras le pedía que no insistiera con su pregunta acerca de la muerte. Nachiketa le respondió: