Читать книгу Manos frías онлайн

28 страница из 29

Estoy pensando en pintar las paredes de casa de lila claro. Sé que siempre te lo digo, pero es que tengo el piso hecho un desastre. Te invitaré a comer cuando lo tenga todo arreglado. Tantos meses viviendo ya aquí y sigue hecho un Cristo. ¡Soy un caso perdido!

¿Sabes qué? Tengo un nuevo vecino, de más o menos mi edad. Parece que en su pueblo no le iba bien y ha tenido que mudarse. Ya ves, somos unos cuantos lo que nos escapamos… Es un poco borde, pero a saber por lo que ha pasado. Yo creo que, por su actitud, lo han echado o algo.

Me alegro de que las cosas vayan bien en casa. Es genial que a mamá le vaya bien en el trabajo y me pone contenta que sea feliz con tu padre. Si están de buen humor, seguro que tienes galletas de chocolate caseras los sábados, ¿verdad? ¡Disfrútalas por mí también!

¡Un abrazo enorme!

Diana

P.D.: ¡Ya me dirás cómo va lo del grupo!

Te quiero”.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.


Правообладателям