Читать книгу Mueve tu ADN. Recuperar la salud con el movimiento natural онлайн

37 страница из 94


Muchas veces hablamos de «pesos» en lugar de cargas –lo cual supone una simplificación excesiva– porque de este modo es más fácil entender cómo operan, pero hay muchos más factores que influyen en tu dolor de rodilla (o de pie, de espalda o suelo pélvico) que ­simplemente el peso. La prueba está en que hay millones de personas sin exceso de peso que padecen la misma enfermedad o la misma lesión y, análogamente, también hay muchas personas con sobrepeso que no la sufren. El peso no es de ningún modo el alfa y el omega de la carga –no es un factor que pueda explicar por sí mismo cómo opera una carga–. Si queremos mejorar nuestra salud, es mucho más importante tener en cuenta la manera en la que llevamos el peso que pasarnos horas y horas preocupados por el dato aislado de cuánto pesamos.

Por ejemplo, la forma en la que colocas los pies cuando caminas puede dar lugar a cargas mayores de lo normal en las rodillas. Cuanto más hacia fuera estén, mayores serán las cargas situadas en las estructuras de la rodilla media, como el ligamento cruzado anterior y el menisco medial. ¿Tienes que perder quince kilos de peso para mejorar las cargas que soportan tus rodillas? No. Puedes empezar simplemente por reducir el ángulo de tus pies al caminar.


Правообладателям