Читать книгу Mueve tu ADN. Recuperar la salud con el movimiento natural онлайн

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En el caso de los seres humanos, estamos constantemente tratando de explicar las causas de las enfermedades en función de las características químicas o genéticas de los individuos que las padecen, ignorando por completo los perfiles de carga de los cuales depende el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Por descabellado que pueda parecer, nosotros, al igual que estas orcas con la aleta flácida, somos animales en cautividad, y nuestros tejidos no están preparados para las cargas que creamos con los movimientos propios de los hábitats modernos.

LOS GENES Y LAS ENFERMEDADES DEL COMPORTAMIENTO

Supongamos que, en el futuro, todas las orcas que existen en el mundo están en cautividad, por lo que son las únicas que podemos observar, analizar e investigar. Con el tiempo, la alta frecuencia de aletas flácidas empezaría a parecernos lo normal. En ausencia de orcas salvajes con las que poder compararlas, lo más probable es que pusiésemos la atención en alguna configuración química o genética concreta que hiciese que el síndrome tuviese más probabilidades de aparecer. Acabaríamos por asumir que las orcas macho, que tienen aletas dorsales más largas, y aquellas que presentasen el gen para el colágeno de «tipo x» estarían en riesgo de padecer el síndrome simplemente por el hecho de presentar estos «factores de riesgo».


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