Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
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HISTORIA MEDIEVAL
La primera clase de Historia medieval que tenemos referenciada tuvo lugar el 6 de noviembre de 1925. Se trataba de una clase de Ferdinand Lot que, de hecho, acabó de convencer a Vilar de dejar de lado el curso, que coincidía en horario con el de Demangeon:
se trata de un venerable viejo que ha pasado una hora lamentándose de que nosotros no supiéramos el danés, el inglés, el alemán, el italiano, el ruso y el portugués para poder leer estos o aquellos 25 volúmenes; además, nos ha criticado los libros franceses cuyos títulos tienen cinco líneas o más, para aconsejarnos después no meter las narices en ellos; y para terminar nos ha declarado que nuestro programa entero estaba muy bien tratado en Lavisse y Roubaud. Conclusión: lo dejaremos caer fríamente e iremos a las clases de Demangeon.
Vilar seguiría con más atención las clases de Édouard Jordan sobre «Italia en los siglos XIV y XV» en la Sorbona y otro curso del mismo profesor en la École. Proporciona algunos detalles de ello. Así, el 12 de noviembre describe la segunda clase del curso práctico donde Jordan, antes de mostrarles los textos que comentarían, les había hecho una introducción sobre las herejías, que era sobre lo que tratarían aquellos textos. Al día siguiente explica que Jordan había impartido una clase interesante en la Sorbona sobre las ciudades italianas y su lucha contra el emperador, pero que le exasperaba un poco que siempre estuviese hablando de papas y de príncipes. El 18 de noviembre de 1925 plantea por primera vez la posibilidad de dejar aquel certificado para el curso siguiente: «si dejo un certificado para el próximo año –quizá tendré que hacerlo– creo que abandonaré de buena gana el de Edad Media. No comprendo nada de esta maldita historia de ciudades, de papas, de emperadores. Es terrible. ¡Y el Imperio Bizantino!». El 26 de noviembre vuelve a manifestar su descontento con «las disputas de Enrique VI y todos los papas posibles e imaginables, y de Tancredo de Sicilia, y de la mujer de Enrique VI, etc.». Si bien el 28 de noviembre se muestra dispuesto a cambiar de opinión: «el señor Jordan me ha reconciliado un poco con la Edad Media, explicándonos pequeñas historias muy divertidas entre Enrique VI, su mujer y el papa Celestino. Presentado de forma clara, puede resultar interesante, pero no siempre es nítido». El 6 de diciembre, en su última referencia al curso, concluye que las clases de Jordan, con «las eternas disputas de Inocencio IV y Federico II», se parecían cada vez más a «una novela folletinesca que en algunos momentos es divertida». Por lo que respecta al seminario sobre herejías solo hemos encontrado un comentario en la carta del 21 de enero de 1926, donde escribe que Jordan, a propósito de las represiones de las herejías por la Inquisición, utilizaba un «vocabulario medieval» y hablaba de personas que se tendrían que «purgar», y que, como el seminario tenía lugar en la École en una sala pequeña, era difícil disimular las ganas de reír, y el profesor, que era tímido y hablaba seriamente, se ponía rojo y nervioso cuando observaba alguna risa de más. En aquel momento, Vilar ya había decidido dejar el certificado de Edad Media para el curso siguiente, para marzo de 1927.