Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн

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El lunes 8 de junio tuvo lugar el examen de francés. Vilar habla de ello en una carta que había empezado a escribir aquel mismo día a las cinco menos cuarto de la tarde, en la Biblioteque Pédagogique:

Estoy contento, no lo estoy, no lo sé; me temo que, como en historia, no he sido imparcial y es posible que ello me cueste una nota mala. Pero es que, con los temas que eligen, que son los más idiotas del mundo, hace falta ser ingenioso para hacerlos un poco interesantes y entonces se corre el riesgo de decir tonterías. Os adjunto el enunciado del tema, demasiado largo para copiarlo, guardadlo como recuerdo. No tiene nada de apasionante; y durante una hora y media he refunfuñado contra el tribunal; pero después esto ha pasado y he conseguido construir todo el tema: he ido hasta el fondo en ideas astutas, hurgando en el criticismo y el cartesianismo de Boileau que se define así en el siglo XVIII, mientras que las tendencias que corresponden a Perrault, por ejemplo, son –contrariamente a lo que aparentan– antinacionalistas y en la línea romántica: ello supone invertir todas las apariencias, y sugiere una reconciliación posible entre Boileau y sus adversarios, aunque la querella entre racionalistas y subjetivistas continúe; me he manifestado contra Boileau, a pesar de admirar su lógica. Estoy contento de mi plan, y de mis ideas. Si ellas concuerdan con las del profesor, las cosas irán bien; en cuanto al estilo, el principio no ha sido muy afortunado; he empezado sin saber qué seguiría: al final, las cosas mejoran y he puesto algunas fórmulas de las cuales estoy contento.


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