Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн

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LA PREPARACIÓN DEL ORAL

Después de unos días en Montpellier, Vilar volvió el 28 de junio a París, donde pudo comprobar que el ambiente se había relajado bastante. Pasarían unos días antes de saber si serían admisibles. La siguiente carta data del 2 de julio, e incluye estos comentarios sobre el proceso preparatorio: «Sé más botánica de la que he sabido en mi vida. Hago latín, historia en pequeñas cantidades, y voy a clase de física. Lo único que estoy sacrificando es la filosofía; no puedo con ella, es más fuerte que yo. Qué le vamos a hacer. La suerte decidirá». Roubaud solo había hecho una clase de historia moderna y le había interrogado durante tres cuartos de hora sobre un tema escogido al azar. Tan solo le había objetado haberlo hecho demasiado largo y detallado. Aún coleaba el fantasma del tema de historia del examen escrito. Es interesante este fragmento de carta en el que Vilar describe una conversación muy reveladora, desde el punto de vista historiográfico, con el profesor:

Roubaud, ayer, en la Biblioteca, cuando yo devolvía el libro de Seignobos, volvió a lamentarse sobre el tema del Concurso; caerá enfermo, si continúa así... El pobre hombre se arranca los pelos de la cabeza. No había hablado sobre Australia ni sobre Canadá. En fin, él espera que, aunque no haya buenas notas, tampoco sean malas. Pero para explicar eso, hace muecas cada vez más exageradas. Yo tomé prestado de la biblioteca La Révolution de Mathiez (volumen II) y él me dijo: «Señor Vilar, vigile... se trata de his-toria... a la Agustín Thierry, y no sé por qué causa tanto furor. En fin... léalo, pero desconfíe». ¡Caramba! ¡Es que Mathiez va más allá de los hechos! ¡Y de qué modo!


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