Читать книгу Los parados. Cómo viven, qué piensan, por qué no protestan онлайн
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La consideración conjunta de los discursos relativos al salario de reserva, las ventajas del paro y el significado del trabajo generados dentro de un colectivo en el que predominan los parados de larga duración, no protegidos y a la búsqueda de cualquier tipo de empleo, se presta a dos lecturas contrapuestas. Por una parte puede cebarse el fuego ortodoxo enfatizando que hay parados que instrumentalizan las prestaciones usándolas como escudo protector frente a empleos no deseados, alargando la búsqueda y acomodándose a la situación. Estadísticamente se sabe que el parado no protegido encuentra empleo antes que el protegido, y quien cuenta con prestaciones cortas antes que el que está más tiempo cubierto. Por otra, puede señalarse que los protegidos son una minoría, que la mayoría de los parados viven mal esta experiencia, que del paro también se sale hacia la inactividad y que hay indicios de que la salida más rápida hacia el empleo de los nada o poco protegidos está asociada a una mayor probabilidad de volver al paro, de donde se deduce que la protección (además de mitigar las consecuencias económicas del paro) permite una búsqueda más eficiente de empleo [Toharia, 1997]. En definitiva, puede ponerse en primer plano la figura del parado como culpable de su situación o como víctima de acontecimientos que no puede controlar. Ambas tienen su fundamento empírico y su sesgo ideológico. Quien escribe entiende que no es éste lo que le induce a contemplar a casi todos los entrevistados como víctimas de una crisis económica políticamente muy mal gestionada desde el poder político.