Читать книгу Los parados. Cómo viven, qué piensan, por qué no protestan онлайн
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Por todo ello nos interesaba conocer el punto de vista de los entrevistados, a los que les preguntamos directamente: ¿Es verdad que hay mucho falso parado? Aunque a veces hubo que aclarar el concepto, en general la mayoría por falso parado entiende sobre todo una persona que está percibiendo la prestación y trabajando. Es en relación con la noción de falso parado cuando se manifiesta con más claridad la diferencia entre la concepción social del paro y sus definiciones formales. La respuesta de este parado (el mismo que sospecha que lo despidieron porque quería presentarse a las elecciones sindicales) parece fundamentada y probablemente es compartida por buena parte de la opinión pública. Obsérvese cómo asimila reiteradamente la condición de parado a la de no disponer de ningún tipo de ingresos:
Yo estoy en el paro y te lo digo bien claro. Tal es mi situación que si yo cobro el paro pero luego además todas las mañanas encuentro una cosita que voy dos horas a hacer una tontería y a final de mes me dan 300 euros, a mí me van a venir muy bien. Lo que no puede ser es que haya gente que sistemáticamente… Mi hijo el mayor trabaja en la banca y él mismo lo cuenta: viene la gente a primera hora… Oye, que vengo a cobrar el paro. Y vienen con el mono de trabajo y con prisas porque se tienen que ir a hacer la chapuza. Entonces, si realmente de los cinco millones de parados, todos estuvieran sin ingresos de ninguna clase, estábamos todos en la calle. Es mentira, hay muchísima gente que coge por otro lado, porque si no, no es lógico. […] Ahora [hay] menos, porque ha bajado y ha bajado para todos [la posibilidad de encontrar algo], pero cuando estábamos en niveles de los dos, dos millones y pico, pues había mucha gente que sí. Además que es que yo lo veía. A mí me ha venido gente a comprar coches que estaba en el paro. [JAM-2]