Читать книгу Los parados. Cómo viven, qué piensan, por qué no protestan онлайн
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Hasta aquí llega el análisis científico fundamentado en alguna evidencia empírica (que la hay para todos los gustos). A partir de aquí comienza el debate político ideológico sobre la generosidad y los efectos no deseados del dispositivo de protección de los alejados del empleo, ya sean parados o inactivos. En ese debate las dos posiciones extremas están representadas por los partidarios de limitar su alcance para que no incentive conductas inadecuadas y por quienes objetan que eso sólo servirá para aumentar la precariedad económica de los más débiles, que en todo caso tienen vetado el acceso a un empleo estándar.
El tema del falso parado plantea otra cuestión de interés que pone al descubierto una debilidad del guión utilizado en las entrevistas. Buscábamos gente que se autodefinía como parada, dábamos por descontado que no trabajaban. Por eso no se nos ocurrió preguntar si –tal como se formula en la EPA– durante la semana anterior «trabajó aunque sólo fuera una hora», en cuyo caso estadísticamente era un ocupado. Esta eventualidad apareció de manera indirecta y espontánea en un número no desdeñable de casos. Pero al no haber sido abordada sistemáticamente no podemos saber a ciencia cierta cuántos entrevistados salpican su estancia en el paro con actividades ocasionales remuneradas. Sólo en el caso de que tales actividades no se hubieran hecho durante la semana anterior, la autodefinición de parado coincidiría con el criterio de la EPA. Por otra parte, sí preguntábamos cuánto tiempo estaba en paro, dando por buena la respuesta sin entrar en detalles respecto a si durante todo ese tiempo había hecho alguna actividad remunerada. Sin embargo es posible que la duración declarada del tiempo de desempleo no se corresponda con la efectiva y, por tanto, que la estimación del paro de larga duración resulte afectada. La pregunta E2 de la EPA se interesa por la fecha (año y mes) en que se dejó de trabajar. El problema es qué entiende cada cual por «trabajar». Un caso del que volveremos a ocuparnos más adelante (ESV-5) ilustra perfectamente lo que se viene diciendo.