Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн
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Los trámites no estarían exentos de las habituales dificultades. Pudieron deberse a la oposición generalizada de la época con respecto al asentamiento de nuevos establecimientos religiosos en plena crisis económica.14 Porque en el término existían ya el monasterio agustino de Nuestra Señora de Aigües Vives, reedificado después de la Reconquista, y el convento de San Francisco, de reciente erección. En otro sentido, sin embargo, apuntan los historiadores locales. Según estos, la cofradía del Rosario que debía albergar el convento en proyecto –conforme a lo establecido por antiguas disposiciones pontificias– estuvo en el origen de su rechazo:
A tal fundación se opuso, en un principio, la villa ante el temor de que desapareciera de la parroquia la cofradía del Rosario, que por aquel entonces se hallaba en un estado muy floreciente. Pero habiéndose acordado que dicha cofradía sería respetada en el punto donde radicaba, además de que la comunidad se obligaría a admitir perpetuamente dos religiosas de coro, con dote de 400 libras, se desvaneció toda dificultad y la obra comenzó en 1653.15