Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн
64 страница из 123
Silencio absoluto a este respecto guarda el padre Agramunt, que como el resto de crónicas de la Orden pasarían de puntillas sobre ello, despachándose con explicaciones del siguiente tenor:
[…] el Demonio, que presentía la guerra a muerte que se le iba a hacer en Cargagente por las esposas del Crucificado, sugestionó a muchos vecinos de esta villa para que, obstinadamente, impidieran la ida allí de las religiosas dominicas […]. [Pero] los alborotos ocasionados por los hijos de las Tinieblas fueron apaciguados con facilidad y todos los ánimos quedaron quietos, calmados y contentos16
Como quiera que fuese, entrado el año 1654, el provincial de Aragón fray Francisco Crespí de Valldaura17 daba vía libre a sor Inés del Espíritu Santo para trasladarse hasta Carcaixent e iniciar la fundación, dejando a su discreción la designación de cuantas religiosas estimase oportunas para ayudarse en ello.18
Carcaixent antic.
Los datos conocidos a propósito de esta elección son escasos. Como superiora del nuevo claustro se impuso el nombre de la madre Juliana de la Santísima Trinidad, que desde Santa María Magdalena había acompañado a sor Inés en su primera estación fundacional y de quien se tenía «ya larga experiencia era consumada en las más ilustres virtudes y en la expedición de los negocios que para tales empressas se ofrecían siempre».19 Dos monjas más de Vila-real se sumaron a la empresa. De conocida vida ejemplar una, la madre Potenciana de la Concepción. Y entre las primeras en vestir el hábito en aquel cenobio, la madre Teresa de San Vicente Ferrer, con solo treinta y dos años de edad «pero en ellos peinava muchas canas».20 Para sí reservaría sor Inés otra vez el cuidado de las novicias, reclutándolas a partir del método a continuación resumido: