Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн

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Asistieron aquella tarde las venerables fundadoras a las vísperas solemnes en la parroquia y a la processión que en esta villa se haze al Ángel del Apocalypsi san Vizente, a quien professan suma entrañable devoción. Y concluidas las funciones, acompañaron con processión a las dichas señoras asta su encierro, que estava ya dispuesto y adornado con las riquíssimas alhajas de una suma pobreza.23

Finalizadas tales ceremonias, las religiosas fueron conducidas por las autoridades locales, el clero parroquial y algunos vecinos hasta el lugar que había de albergarlas en lo sucesivo y del que tomaron posesión a través de un sencillo acto.24

Bastante más tendría que esperar la nueva comunidad para contar con una fábrica conventual en condiciones, utilizando de momento como iglesia la del antiguo hospital de peregrinos. Allí se ofició una primera misa inaugural cantada el día 14 de abril, coincidiendo con la primera toma de hábito en la persona de Josefa Oliver, de dieciocho años de edad y procedente de Vinarós.25 A ella seguirían otras tantas muchachas –procedentes en su mayoría de Carcaixent y poblaciones próximas– atraídas por la fama y el modelo religioso de la incipiente fundación para profesar como monjas de coro, y por tanto con votos de pobreza, castidad y obediencia y obligación de acudir al rezo coral de las horas canónicas, el oficio de la Virgen y la oración mental; o de la obediencia, es decir, con idénticos votos pero sin deber de asistir a las plegarias comunitarias y ocupadas más en las labores domésticas.26


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