Читать книгу Vergel de perfectísimas flores. El convento de Corpus Christi de Carcaixent онлайн

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El 5 de octubre de 1657 aceptaba la herencia en nombre del convento su nuevo vicario fray José Martínez.35 Él sería el encargado de velar por la consolidación de este claustro observante en comunión con su priora sor Inés del Espíritu Santo, que redobló las exigencias a las monjas con más penitencias y mortificaciones, compatibilizadas con el trabajo manual para garantizar el sustento de todas, porque era

[…] esta comunidad muy pobre en un principio, ya que había de dedicar-se para atender a su sustento a la industria de la seda, a la fabricación de tejidos para lo que tenían un telar, a la confección de medias de hilo y fabricar perfumes, de los que se usaban en las iglesias con motivo de las solemnidades.36

En tal tesitura, contó la superiora con el consejo de su tía, la madre Sabina del Santísimo Sacramento,37 así como de su hermano fray Onofre, pronto ministro del convento de Nuestra Señora del Remedio de Valencia, desde donde seguiría en estrecho contacto con ella.38 No en vano, el religioso se contó entre sus más íntimos confidentes en momentos delicados que a punto estuvieron de hacerle arrojar la toalla, no tanto por la dinámica conventual propiamente dicha como por la relajación de la grey extramuros. Así lo refieren los cronistas de la Orden sin ahondar mucho más:


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