Читать книгу Imparable hasta la médula. El cáncer como aprendizaje de vida онлайн

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Llegué a mi burbuja con una venda de compresión en las lumbares y la orden de permanecer boca arriba en la cama durante un par de horas para evitar dolores de cabeza. Seguía sin entender muy bien aquel proceso, y en cuanto tuve ocasión le pregunté a Cris.

—El líquido cefalorraquídeo es una especie de amortiguador del sistema nervioso central. Baña la médula espinal y el encéfalo y los protege. Como está separado del torrente sanguíneo, hay que acceder a él a través de la punción lumbar. Siempre se compaginan ambas quimios en un caso como el tuyo para evitar que el cáncer llegue al sistema nervioso central, que es el que se encarga de transmitir los impulsos hacia los nervios y los músculos.

Aquella clase de anatomía me resultó de lo más útil para entender los entresijos de un tratamiento que no tardaría en reflejarse en mi aspecto.

—Cris, y… ¿Cuándo me voy a quedar sin pelo?

—Pronto. Córtatelo para que el cambio no sea tan brusco, y cuando veas que la almohada se va llenando de pelos, rápatelo —me aconsejó.

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