Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Sin embargo, esto no debe llevar a pensar que el entorno determina completamente la narración histórica, porque entre el texto y el contexto hay una relación de complementariedad, no de predominio o de oposición. Esto lo demuestra el hecho de que ha prevalecido entre los historiadores un acuerdo en considerar que el adecuado tratamiento de la documentación es la base de una historia objetiva. Los resultados de esa rigurosa encuesta pueden ser presentados de muy diversos modos, según el paradigma con el que sean organizados, pero cuentan ya con una garantía de objetividad. Este acuerdo de mínimos en la objetividad histórica se debe a los historiadores decimonónicos. Aunque, también es cierto, éstos cometieron en ocasiones el error de dejar hablar a los documentos por sí solos, lo que parece insuficiente.

Sentada la premisa del lógico influjo, condicionante pero no determinante, del contexto sobre el texto histórico, cabe afirmar también, siguiendo el sentido común y la experiencia cotidiana, que el historiador es capaz de acceder a un conocimiento objetivo del pasado, siempre que cuente con las fuentes adecuadas. Esto es compatible con que existan tantas formas de reescribir ese pasado como historiadores en activo. El verdadero debate respecto a la objetividad histórica tendría que centrarse, en mi opinión, en la elección de los datos, en el modo de organizar la información y en la exposición del relato (en definitiva, en el momentum de la escritura), más que en una discusión excesivamente teórica en torno a la accesibilidad del conocimiento del pasado. Probablemente por este motivo hoy día hayan influido tanto en la historia planteamientos meta-narrativistas como el de los filósofos franceses Michel de Certeau o Paul Ricoeur.ssss1 Todo ello está expresivamente reflejado en el itinerario que marca el sentido de los títulos de dos tratados historiográficos de François Dosse: de la aparente desorientación de la disciplina histórica en los años ochenta (su «historia en migajas», publicado en 1987) a la función nuclear que hoy día tienen en su seno el relato y la narración (su «historia, entre la ciencia y el relato», de 2001).ssss1

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