Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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La historiografía es una expresión y un reflejo de las tendencias intelectuales y filosóficas predominantes en cada momento. Esto se ha puesto especialmente de manifiesto a lo largo de los dos últimos siglos, en los que sociólogos, historicistas, organicistas, annalistas, estructuralistas, marxistas, cuantitativistas, narrativistas y postmodernos han ido sucediéndose, generación tras generación, en el seno de la disciplina histórica. Cada una de estas tendencias historiográficas ha reflejado o se ha visto reflejada –activa o pasivamente– en los contextos culturales, ideológicos e intelectuales hegemónicos. La experiencia demuestra, sin embargo, que el historiador no está ni mucho menos completamente determinado por el contexto en el que se ve inserto desde los años de su formación intelectual. En primer lugar, porque él mismo forma parte de ese contexto y, por tanto, contribuye a consolidarlo, enriquecerlo o debilitarlo. Pero, sobre todo, porque él mismo es el que crea la «arista cortante de la innovación» –expresión acuñada por el historiador británico Lawrence Stone en 1979– que es la que contribuye a su vez a generar un nuevo contexto intelectual. La innovación está representada en un principio por un pequeño grupo de historiadores quienes, a través de sus textos, representan una ruptura con la tradición y devienen con los años modelos de las corrientes que se van convirtiendo en hegemónicas.

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