Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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Por otro lado, constituye una obviedad recordar que, al margen de este aspecto común a toda Andalucía, la diferencia primordial que hacía destacar al Reino de Granada del resto de los reinos andaluces era el mayor peso impositivo que aquel soportaba, que por sí mismo suponía un capítulo aparte en las rentas reales de Castilla: la renta de la seda del Reino de Granada. Frente a ella, de la que hablaremos extensamente más abajo, los reinos de la Baja Andalucía pagaban alcabalas y almojarifazgos, en el primer caso difícilmente cuantificables, dado que se encontraban insertas en las cifras generales que pagaban los municipios por este concepto. Para el segundo, ya sea el Almojarifazgo Mayor de Sevilla, ya sea el de Indias, no se ha hecho aún un estudio pormenorizado de sus cuantías, aunque sí se conoce algún dato de lo que se gravaba por la seda.ssss1 Fuera de esto, poco conocemos de otros impuestos que gravasen la producción sedera en Sevilla, Jaén o Córdoba, aunque nos podemos permitir conjeturar que habría cargas decimales pagadas a la Iglesia por la hoja, la simiente o los capullos.

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