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Respecto al color púrpura, tan valorado en la Antigüedad tardía, fue perdiendo protagonismo y, cuando aparece, pocas veces se obtiene a partir del murex, sino de la mezcla de rojos y azules, como es el caso del almaizar de Hisam II –granza e índigo–.ssss1 El color púrpura violáceo se puede observar en algunos tejidos clasificados como andalusíes, como un fragmento conservado en los Musées Royaux d’Art et d’Histoire de Bruselas (inv. 1S.Tx.374), fechado en los siglos XII-XIII con decoración en bandas horizontales con aves afrontadas; o el del Instituto de Valencia de Don Juan de Madrid (inv. 2058), con gacelas afrontadas que alternan con aves que destacan sobre un fondo purpúreo y donde los análisis de colorantes han detectado liquen orceillarocella tinctoria–, ya empleado en Roma como sustituto del púrpura para conseguir los tonos violáceos.ssss1 El murex se sustituyó por otros tintes igualmente suntuarios con los que se obtenía un color rojo muy intenso, considerado una variación de la gama del púrpura y dotado de gran valor durante la Edad Media por su saturación e intensidad tonal, como el quermes (del árabe qirmiz) y colorantes procedentes de la importación como el tinte laca (Kerria lacca), cochinilla y madera de Brasil (especies Caessalpina).ssss1

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