Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн

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Los libros de contabilidad de mercaderes presentes en el reino, las actas notariales que daban fe de acuerdos comerciales, las operaciones de carga en puertos nazaríes, la correspondencia comercial, los registros aduaneros genoveses, los manuales de mercancías, las mercuriales que mostraban la actualidad de los precios de los productos vendidos en los principales mercados de Occidente a finales del siglo XIV... todo ello alude a las sedas granadinas también en esta variedad en hilo, y no de otra manera. Ni rastro de las prendas.

La correspondencia Datini constituye una de las más extraordinarias fuentes de información para el conocimiento de la realidad internacional del comercio nazarí a finales del siglo XIV y principios del XV. En ocasiones ofrece claves importantes para entender lo que estaría pasando también con nuestro artículo.

Una de las cuestiones que emerge con fuerza a partir de la lectura de la correspondencia Datini es que la demanda de seda en madeja por parte de mercaderes que trabajaban en Valencia fue muy activa ya al menos desde finales del siglo XIV.ssss1 Hasta tal punto es así, que podría constituir un elemento importante a la hora de entender el creciente impulso mercantil valenciano que se proyecta sobre el Reino de Granada en su último siglo de existencia y que les llevaría a principios del siglo XV a intentar obtener unas condiciones de ventaja en sus negocios nazaríes, proponiendo acuerdos con las autoridades nazaríes que les garantizaran exclusividad en sus negocios de importación de sedas.ssss1 El mercado valenciano parece ser una buena escala de tránsito en los sistemas de aprovisionamiento de seda granadina, reexportada a centros textiles italianos, toscanos y ligures. La seda nazarí, identificada como de Almería o Málaga, en alusión a los puertos desde donde sale, que no siempre a los territorios de origen, llegaría incluso al norte de Europa, Brujas o París, cuando no alcanza una calidad suficiente para los exigentes mercados italianos. Destacan en particular los núcleos sederos de Génova, Florencia y Lucca. Concretamente este último, por ejemplo, se perfila, a falta de un estudio pormenorizado aún por hacer, como un importante centro de demanda de esta materia prima, aceptando también la de procedencia nazarí. Un colaborador de la compañía Datini, Frosino di Ser Giovanni, comentaba en 1392 la afluencia a esta ciudad de mercaderes luqueses para comprar seda granadina, de buena calidad, según él, y con precios muy convenientes.ssss1 Poco después, en 1405, un mercader luqués residente en Brujas y especializado en el comercio de paños, Antonio di Quarto, decidía volver a su tierra para iniciarse en el negocio del tejido de seda. El aprovisionamiento de materia prima adquirió entonces protagonismo en sus negocios y para ello aprovechó su experiencia en el mercado de la seda y sus contactos valencianos para hacerse con material granadino.ssss1 Es una muestra de lo que estaría ocurriendo en Granada. Se estaría optando por aprovechar la fuerte demanda internacional de materia prima, convirtiéndose el reino nazarí en proveedor de seda en madeja a las industrias textiles más potentes y consolidadas en el momento en Europa, controladas ya por sectores de capital mercantil.

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