Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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José se mantiene firme en medio del fuego del deseo. Más aún cuando para él la paternidad no tiene el coito como paso obligado. En este sentido no existe nadie más carnal ni más erotizado que él. Con ese deseo siempre intacto, el más mínimo gesto, el más mínimo frufrú de la túnica azul de María lo trastorna: Me robaste el corazón, con uno solo de tus ojos, con una sola sarta de tus collares (Ct 4, 9). El mero roce de sus labios lo vuelve loco, con esa locura de Dios más sabia que la sabiduría humana, con esa debilidad de Dios más fuerte que los hombres (1Co 1, 25). Su ejemplo nos eleva, pero también nos corrige. Nos enseña a desear antes que a gozar a cualquier precio.

Para seducir a María, para llegar al corazón de una mujer, hay que educar a ese perrillo faldero que intenta montar a todas las hembras que los vecinos sacan a pasear con correa. Hay que ser más carnal que fisiológico. Convertir al sibarita en hombre de deseo.

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