Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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Si se puede decir que la unión de José y María es carnal es porque se realiza plenamente en esa receptividad física de algo que los supera. De hecho, se ven aún más superados que nosotros. Dios obra en ellos directamente, sin mediación biológica. Y ellos son más receptivos todavía que nosotros. Lo que penetra en su carne y en su promesa conyugal es el Hijo, que es el Verbo.

8. Algunos espiritualistas han defendido un supuesto «matrimonio josefino»: el de un hombre y una mujer que se casan pero no consuman el matrimonio, no se unen sexualmente. En su opinión, eso sería más espiritual, más divino que el matrimonio ordinario de quienes yacen juntos «como los animales». Nada más lejos de la realidad. María y José son la excepción que confirma la regla.

Lo que en su caso resulta más milagroso en el nuestro es lo natural. Lo que más se ajusta a ese hecho único en la historia es la fecundidad ordinaria de una mujer y de su marido. Los acontecimientos absolutos se deben analizar en toda su dimensión. No porque la primera mujer saliera del costado de Adán han de ejercitar los hombres los oblicuos para encontrar esposa. No porque María y José vivieran el misterio de un compromiso a la vez virginal y carnal hemos de imitarlos nosotros con unas nupcias voluntariamente privadas de sexo (la Iglesia nos recuerda que, en ese caso, el sacramento del matrimonio sería inválido).

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