Читать книгу Arte y agencia. Una teoría antropológica онлайн

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Así, un índice artefacto también suele propiciar una segunda abducción de agencia, la relativa a su «destino», la recepción deseada. Por norma general, los artistas no elaboran los objetos de arte sin alguna razón. Los crean para que los vea un público o los adquiera un mecenas. Al igual que cualquier objeto de arte es índice de su origen en la actividad de un artista, también lo es de su recepción por el público «para» el que se hizo principalmente. Un deportivo Ferrari aparcado en la calle es índice de los «playboys millonarios» para quienes se fabrica esa clase de vehículo, y también del público general que solo puede admirarlo y envidiar a su dueño. Una obra de arte contemporáneo es índice del público correspondiente, que son sus destinatarios. Si la obra se expone en la Saatchi Gallery, es índice de su famoso coleccionista y el mecenazgo de este en favor del arte contemporáneo. Etcétera. A lo largo de su vida, los objetos de arte pueden tener muchas recepciones. Si bien siento que formo parte, como visitante asiduo de galerías y lector ocasional de la revista Art Now y publicaciones similares, del público al que se dirige el arte contemporáneo, soy perfectamente consciente de que el arte egipcio expuesto en el British Museum no se elaboró para mis ojos. Este arte permite la abducción indirecta de su recepción original o intencionada como componente de la recepción actual, no intencionada.

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