Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
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Pese a los avances institucionales, como la creación del Alto Comisionado para las relaciones exteriores de la UE y la definición de sus funciones y objetivos, la debilidad de la voz europea en el escenario global es evidente. En el apartado de defensa ni siquiera este rango institucional, como veremos reducido a un Comité Militar ocupado ante todo en formular estudios y propuestas.
La reserva de los estados miembros de la UE en lo que respecta a la defensa y las relaciones internacionales implica un papel menor como actor en el escenario mundial, nada acorde con su importancia económica. Con idéntico resultado por lo que respecta a la difusión y extensión de los valores y objetivos políticos y sociales que constituyen el fundamento de su origen y la dimensión de referencia como espacio de paz, libertad y prosperidad compartida que proclaman sus tratados.
Nada augura cambios al respecto. En primer lugar, en cuanto se refiere a defensa los mismos intereses norteamericanos, en especial de contención de Rusia y el avispero de conflictos en Oriente Próximo, pese a proclamaciones altisonantes y precipitadas, siguen constituyendo objetivos básicos de la estrategia de defensa y el liderazgo global de EE. UU.ssss1 Ello pese al desplazamiento de los intereses hacia Asia-Pacífico, determinante de la estrategia norteamericana para mantener su liderazgo en el siglo XXI, como sus propios actores menos grandilocuentes proclaman y sostienen. Tanto Rusia como Oriente Próximo siguen siendo objetivos económicos para EE. UU., de modo singular cuando la apuesta que formula la nueva Administración republicana sigue priorizando el uso de los combustibles fósiles y sus empresas están fuertemente interesadas en ambas zonas.