Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
51 страница из 89
En cuarto lugar, y de modo más breve, se sitúa el papel de la OTAN y las posibles reformas que emprenda la nueva Administración norteamericana. De entrada, de la misma manera sencilla y abrupta, que Europa pague su defensa y seguridad. Con objetivos tan simplistas como que el gasto en defensa en cada estado suponga al menos el 2 % del PIB respectivo, lo que en la mayoría de los estados de la UE supondría un desequilibrio de las cuentas públicas o una merma aún mayor de los derechos del Estado del bienestar.
Con ser decisivo este último aspecto, no conviene menospreciar los anejos. El refuerzo de las capacidades, la integración de las fuerzas armadas de los estados, figura como una prioridad a largo plazo de una comunidad de defensa europea. Las prevenciones, desconfianzas, la presencia de confrontaciones no tan lejanas en el tiempo, aún están inscritas incluso en los manuales de formación de las fuerzas armadas de los estados. Con la objeción añadida de la escasa propensión belicista de la mayoría de las poblaciones, de la ciudadanía que guarda en sus recuerdos más recónditos la memoria de los efectos sobre la población de las confrontaciones bélicas. A todo ello hay que añadir las divergencias prácticas en cuanto a recursos operativos, su interoperabilidad, el aprovisionamiento de armamento y sus tecnologías y origen, así como el propio desarrollo industrial bélico en cada estado.