Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

47 страница из 118

En una entrevista en la cadena de televisión ABC, a una pregunta del periodista George Stephanopoulos, sobre si él consideraba que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, era un asesino, Biden respondió que sí. La reacción en Moscú no se hizo esperar. El Kremlin mandó llamar a su embajador en Washington, Anatoli Antonov (algo que no hacía desde 1998), y Putin respondió con un dicho ruso, señalando “el que lo dice, lo es” (Sahuquillo 2021). Para muchos, ello llevó a la peor situación en las relaciones ruso-estadounidenses en treinta años.

Al día siguiente, en la primera reunión de alto nivel entre autoridades del nuevo gobierno de los Estados Unidos y las de China en el área de política exterior y seguridad nacional, realizada en Anchorage, Alaska, se produjo un altercado rara vez visto en encuentros diplomáticos. En respuesta a la intervención inicial del secretario de Estado Anthony Blinken, quien reiteró los reclamos de Estados Unidos a China en cuanto a la situación de los derechos humanos en Hong Kong, Sinkiang y el futuro de Taiwán, el director de la Comisión de Relaciones Exteriores del Comité Central del Partido Comunista Chino, Yang Jiechi, señaló que China no estaba dispuesta a ser tratada en forma condescendiente por los Estados Unidos (Wright 2021). Subrayó que la continua injerencia de Washington en los asuntos internos chinos era inaceptable, y que bastantes problemas tenía Estados Unidos en materia de derechos humanos, incluyendo la discriminación racial que había llevado al movimiento Black Lives Matter, como para criticar a otros. El que veinticuatro horas antes de la reunión en Anchorage, Estados Unidos haya anunciado sanciones en contra de una veintena de funcionarios chinos por el papel que han jugado en la represión de las protestas en Hong Kong, no ayudó.

Правообладателям