Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

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En parte, Weber entiende la vida social desde la perspectiva de la ontología nietzscheana, donde el conflicto es visto como algo inherente a los seres humanos. Además, Weber va más allá de Nietzsche al ubicar esta idea en un contexto histórico y sociológico concreto. Así, en el nivel micro, Weber conceptualiza las relaciones sociales como si estuvieran conformadas por los conflictos políticos, culturales y económicos (es decir, su teoría de las tres dimensiones de estratificación), que dependen fundamentalmente del uso o la amenaza del uso de la fuerza. Las asociaciones políticas y los políticos a título individual luchan por el control de los aparatos estatales; las agrupaciones económicas y los individuos compiten, a menudo brutalmente, en el mercado; y diferentes estratos sociales, así como sus miembros de manera individual, intervienen en la lucha perpetua por el estatus. En el nivel macro, Weber interpreta las grandes cosmovisiones religiosas, así como el poder del Estado, y los define a través de luchas intensas y violentas. Mientras que las religiones comulgan con visiones escatológicas que se basan en valores supremos irreconciliables, la propia existencia de la estructura del Estado se fundamenta en su capacidad para establecer un monopolio sobre el uso legítimo de la violencia en el territorio que está bajo su control. En este contexto, los entornos tanto a nivel micro como macro están conformados por situaciones conflictivas violentas, ya que los individuos y los grupos compiten por los recursos materiales, el prestigio y el control sobre las instituciones políticas, y las entidades políticas mundiales se ocupan incesantemente del estatus y la lucha de poder en un escenario geopolítico más amplio (Weber, 1968; Collins, 1986).

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