Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

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Este dominio casi omnipresente del Estado y de otras organizaciones sociales poderosas en muchos de los casos de acción violenta sugiere que hay algo distintivo en el poder organizativo y su vínculo con las diferentes formas de violencia. Términos como violencia política, colectiva o social no pueden captar adecuadamente este significado, como sí puede hacerlo el concepto de violencia organizada. El término violencia política es quizás más preciso, ya que se centra en los objetivos políticos específicos de los agentes involucrados en las actividades violentas. Sin embargo, como es difícil distinguir entre la acción política y no política, esta precisión también puede ser demasiado reduccionista y engañosa. Además, este término presupone la presencia de una intención política, mientras que gran parte de la violencia, como ya se ha señalado, puede no ser intencional o no estar impulsada por agentes. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, la definición provisional que se ofrece de este concepto clave es similar a la definición de violencia que se ha proporcionado con anterioridad, a pesar de sus diferentes características históricas y organizativas. Así, la violencia organizada se define como un proceso social gradual e histórico a través del cual las organizaciones sociales, entre las que se incluyen las colectividades organizadas, se encuentran inmersas en situaciones o son influidas por condiciones estructurales que, de manera intencional o no, fomentan algunos cambios de comportamiento importantes, que son impuestos coercitivamente, o producen daños físicos, mentales o emocionales, lesiones o, incluso, la muerte.

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