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Esta puede ser una de las causas de que nosotras, en el mismo margen de tiempo, tengamos menos producción.

c) Pudor

El mismo informe anterior dice que los hombres son más ambiciosos profesionalmente. Yo además diría que nosotras somos más pudorosas a la hora de mostrar nuestra obra. Preferimos o bien que la gente descubra nuestra música de manera natural, o bien que un mentor hable de nosotras. En este sentido, nos encontramos con que no son demasiadas las compositoras reconocidas por el gran público, y que los compositores consagrados en muchos casos arrastran ese lastre del pensamiento patriarcal que les impide confiar en nuestra música.

En mi caso concreto tuve la suerte de tener a Javi Busto como embajador de mi música, así como de la de otros compositores vascos. Él nunca ha hecho distinciones de género a la hora de promocionarnos, si bien es cierto que en el mundo de la música coral no es raro encontrar música de mujeres en los repertorios.

d) Tiempo

O, mejor dicho, la falta de él. Hace ya un par de años, el propio García Abril decía en una entrevista a la agencia EFE que «era y es casi imposible» vivir de la composición. Esto quiere decir, ni más ni menos, que tanto compositores como compositoras, en la mayoría de los casos, escribimos en nuestro tiempo libre, es decir, cuando terminamos nuestro trabajo oficial en conservatorios, escuelas, orquestas, etc. Pues bien, esto es lo que pasa con nuestro tiempo en España.

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