Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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Si comparamos el contenido de la resolución surgida de la I sesión de la Asamblea de Cataluña con otras anteriores, se pone de manifiesto en primer lugar la falta de exigencia de responsabilidades políticas sobre los responsables de la represión ejercida en todos los años de dictadura en cuanto nos referimos a la amnistía total, así como la falta de referencia al establecimiento de unas Cortes Constituyentes tal como lo exigía la CCFPC meses antes248, por lo que era evidente que la incorporación de partidos moderados y organizaciones independientes como los No Alineados influyeron en la resolución final, suavizando el redactado de un documento donde cabrían todos. También se echaron en falta algunos vacíos de contenido ideológico que dejaban incompleta su función, como que en el manifiesto fundacional de la Asamblea no se encontrase la palabra «Generalitat», a pesar de que ningún partido negaba la legitimidad del presidente en el exilio. Esto creó desde el inicio un enfrentamiento con la institución que representaba Josep Tarradellas. No obstante, en diciembre de 1975, ya desaparecido el dictador, en la XII reunión de la CPAC, se aprobó el contacto con el presidente de la Generalitat y de la constitución de un gobierno provisional; solución que más que aglutinar sectores creó dos posturas enfrentadas: Por un lado los que afirmaban que Tarradellas era solo un símbolo (PSUC, Benet, Portabella, etc.); y por otro, los que afirmaban que el «President» debía jugar un papel estratégico en el restablecimiento de la Generalitat (PSC, FNC, ERC, Reagrupament, etc.). Estas posiciones no hicieron más que entorpecer la relación entre las dos instituciones249.