Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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«Respecto al uso del dialecto catalán, hay que atenerse estrictamente a las órdenes de la superioridad; pero quiero dirigirme a todos los españoles de esta provincia para decirles que los momentos actuales exigen que todos demos pruebas de un ferviente españolismo y entusiasmo por la Causa. Estos sentimientos es necesario evidenciarlos y exteriorizarlos; y, lógicamente, se da una prueba de ello no hablándolo en público (por lo menos).»33

El 27 de enero de 1939 el jefe de Servicios de Ocupación de Barcelona y subsecretario de Orden Público, general Eliseo Álvarez Arenas, la máxima autoridad gubernativa, dictó este bando:

«Persuadido de que Cataluña siente a España y la unidad española pese a la maldad de algunos y a los errores de muchos, el Caudillo Franco formula la promesa solemne de respetar en ella todo lo auténtico e íntimo de su ser y de su autarquía moral que no aliente pretensiones separatistas ni implique ataque a aquella sacrosanta unidad. Estad seguros, catalanes, de que vuestro lenguaje en el uso privado y familiar no será perseguido (...).»34


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