Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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Esta situación represiva en todo lo referente a las libertades de expresión y libre pensamiento continuó en niveles extremos hasta el año 1945, momento en que los acontecimientos externos, desfavorables al régimen, obligaron a este a cambiar de táctica, suavizando la presión sobre su enemigo interno, sobre todo después de haberse consumado la victoria aliada. No obstante, pese al férreo control efectuado por la dictadura, cabe decir que en el ámbito universitario la lucha antifranquista había comenzado nada más terminar la Guerra Civil aunque con una efectividad casi nula, pues el franquismo aplicaba en la universidad lo mismo que a otros estamentos sociales —los esquemas totalitarios— que consistían en una fuerte depuración de catedráticos y profesores de ideología contraria al régimen, desarbolando los claustros de profesores y sustituyendo, mediante las llamadas «oposiciones patrióticas», personal afecto al nuevo sistema implantado. Otro aspecto en la política represora franquista fue la implantación, mediante la Ley de Ordenación Universitaria de 1945, de un nuevo ideario histórico basado en el pasado imperial de España coartando la independencia y la crítica que siempre se había instalado en los ámbitos universitarios, desapareciendo estos factores de repente y convirtiéndose la Universidad en un mero aparato del Estado politizado bajo la ideología de los vencedores. Incluso los rectores tenían que pertenecer al partido único, la Falange Española de las JONS (FE de las JONS), y los accesos a las cátedras pasaban por la adhesión a los Principios Fundamentales del Estado y la obligatoriedad de pertenecer al Sindicato Universitario Español.


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