Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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ssss1. RIQUER, Borja de, op. cit., pp. 329-343.
ssss1. PUJOL, Jordi, op. cit., pp. 185-186.
ssss1. Ampliar en CEBRIÁN, Juan Luis, El tamaño del elefante, Madrid, Alianza, 1987. También en MARÍN, José Mª, «La transición sindical y la conflictividad social», en TUSELL, Javier, Hª de España. Siglo XX, op. cit., p. 442.
ssss1. FRC, AJR, «Avui, Equip», Carpeta 67/1, 14-4-1973.
ssss1. Jordi Solé Tura en sus memórias dedica un capítulo completo a esta etapa radiofónica. Ver SOLÉ TURA, Jordi, Una Historia Optimista, op. cit., pp, 167-186.
1.8. De la Caputxinada a la Taula Rodona Democrática. La lucha del movimiento universitario antifranquista
Desde los años cuarenta hasta la transición española el movimiento obrero y el estudiantil encabezaron la resistencia más notable al franquismo desde el interior del país con un sacrificio notable de víctimas represaliadas, encarceladas o ejecutadas. Llegados a finales de los años sesenta, el conflicto antifranquista se institucionalizó en el ámbito universitario con una fuerte hostilidad contra el poder, reaccionando este con la intervención de las fuerzas de orden público en los estamentos universitarios, efecto que incrementó considerablemente el número de detenciones, registros y suspensiones; sin embargo, a pesar de los numerosos estados de excepción aprobados por el gobierno, estos no consiguieron disminuir en absoluto la creciente politización de las aulas. Las protestas estudiantiles se originaron en parte como resultado de un excesivo crecimiento del número de estudiantes universitarios, síntoma de la evidente mejora económica en el país, y también por el cambio ideológico de un sector del profesorado que se inclinó favorablemente hacia posiciones más progresistas y de izquierda. Este efecto, calificado por el régimen de subversivo, trajo consigo nuevos expedientes de expulsión con la consiguiente incitación a nuevas movilizaciones estudiantiles enmarcadas en un contexto de rebeldía contra el sistema represor y por la influencia externa de los movimientos sociales internacionales que surgieron en plena Guerra del Vietnam y el «mayo» francés de 196887. Daba la sensación de que después de décadas de estricta vigilancia desde el poder, el final del Sindicato de Estudiantes Universitarios (SEU) estaba próximo, ya que, aunque por ley todavía seguía siendo el sindicato único obligatorio, la mayoría de los estudiantes ya habían roto con él88. Como ya se esperaba, el gobierno aprobó el cinco de abril de 1965 el decreto de creación de las Asociaciones Profesionales de Estudiantes (APE) como sustitutivo del obsoleto Sindicato de Estudiantes (SEU), aunque esto no alteró la tarea represora del régimen contra algunos de los profesores emblemáticos por su lucha contra el régimen. Numerosos profesores como: José Luis Aranguren, Enrique Tierno Galván y Agustín García Calvo fueron expulsados de la universidad a perpetuidad, otros como Santiago Montero Díaz y Mariano Aguilar Navarro fueron suspendidos por dos años, mientras que algunos como José Mª Valverde en Barcelona, Eloy Terrón y Antonio Tovar en Madrid, dimitieron de sus cátedras89.