Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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Desde mediados de los años sesenta el número de estudiantes matriculados en las universidades españolas aumentó considerablemente, cifrándose en 20.289 los alumnos matriculados en el curso 1965-66, llegando hasta 33.413 en 1970. Esta masificación del alumnado trajo consigo la proliferación de nuevos movimientos estudiantiles que, aunque habían sido creados a mediados de los años cincuenta y habían adquirido una fuerte radicalización algunos de ellos, no buscaron las referencias tradicionales ideológicas en el PSOE ni en el PCE, sino en movimientos como el Frente de Liberación Popular (FLP) de tendencia católica o el Front Obrer de Catalunya (FOC).

El FLP fue un movimiento de izquierda que quiso diferenciarse tanto de los socialistas como de los movimientos comunistas buscando una simbiosis entre el marxismo y el cristianismo. Aunque su ideología estuvo influenciada directamente por el Front National de Liberation (FNL) argelino, copiando casi sus siglas, el fundamento de su organización estuvo supeditado a dos cláusulas principales: la primera era que no tuviera nada que ver con los partidos nacionales, responsables, según ellos, de la tragedia del pueblo español; y la segunda, que reuniese a todos los jóvenes contrarios al franquismo, dentro de una fuerza, de frente, esto es, de programa muy breve y de ideología muy ancha, o mejor, muy poco definida para permitir que en ella cupiesen gentes de principios muy diferentes.


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