Читать книгу España y su mundo en los Siglos de Oro. Cronología de hechos políticos y culturales онлайн

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Quizá por el formato necesariamente fragmentario y sucesivo, en el que cada hecho y cada año son como los pequeños cuadros de esa película completa que es un siglo, es que decidí utilizar de manera predominante el presente de indicativo: así parece que cada suceso se desarrolla ante los ojos del lector mientras éste lo lee. Los otros tiempos verbales que más usé son el antecopretérito (pluscuamperfecto, en la nomenclatura de La Academia) y el futuro (futuro simple). El antecopretérito (había cantado) sirve en general para expresar una acción que llegó a su término en un momento anterior a otra acción también pasada y tiene un valor narrativo que ya habían visto muy bien los autores de los primitivos romances españoles; aprovechando su carácter de tiempo relativo, lo uso para cualquier acción anterior al presente y lo prefiero al pretérito porque es un tiempo más dinámico, es decir, que deja en la mente la sensación de una estela en la acción. El futuro (cantaré) expone una acción que el hablante proyecta hacia el porvenir pero que no está terminada, sino abierta. Ya se ve, con esta breve explicación, que el uso de los tiempos verbales tiende a imprimir más agilidad a la narración y a la descripción de los hechos históricos, presentándolos casi siempre en su transcurso para que el lector los “experimente”.


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