Читать книгу Las metáforas del periodismo. Mutaciones y desafíos онлайн

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La metáfora biológica del siglo XIX era la evolución, a tono con las teorías de Darwin y el positivismo que entusiasmaba con el sueño del progreso técnico a las nacientes instituciones, dentro de las que estaba la prensa moderna. La biotecnología del siglo XXI habla de la mutación, con todas las fantasías de manipulación genética y creación de especies de laboratorio. Con el mismo recelo se mira al periodismo mutante, como si fuera un engendro y no una versión adaptada a las circunstancias cambiantes que le toca vivir. Así es que a los periodismos fuera de las redacciones se los recela como si fueran virus que amenazan las conquistas sindicales del siglo pasado.

Las variantes del periodismo mutante se desarrollan principalmente a la luz de las pantallas, y son resistidas por quienes creían que el mejor periodismo crecía a la sombra de los pasillos del poder, aquel que aportó la mayoría de las historias que al cine le gusta canonizar. Como si el periodismo fuera, en esencia, pedestre, y recorrer despachos y cafeterías diera mejores investigaciones que analizar documentos y datos desde la computadora. Pero ocurre en toda mutación que los especímenes mutantes resultan monstruosos para la especie dominante. Son los seres anfibios de los que habló Alessandro Baricco, esos que están desarrollando resistencias para sobrevivir en el nuevo medio. O en los nuevos medios. El periodismo mutante no es la desviación: es la variante que mejor resiste las metáforas del pasado para pensar nuevos modelos en los que inspirarse.

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