Читать книгу Fernando Moreno Barberá: un arquitecto para la universidad онлайн

13 страница из 48

El movimiento y desplazamiento de las facultades a la otra ribera del río Turia, pudo verse en un momento determinado como una medida descentralizadora, complaciente con la represión estudiantil. No obstante, no hemos de caer en cierto reduccionismo histórico. Es cierto que, a pesar de su modernidad arquitectónica, las facultades de derecho y filosofía y letras se enlazaban a través de su capilla, un espacio de gran valor arquitectónico hoy perdido, quizá por lo que simbólicamente representaba y tenía de presencia aleccionadora, de moral católica en este contexto de cambio. Pero también se perdieron otros conceptos que desde la mirada modernizadora se entendían necesarios en un espacio universitario renovado: hablamos del gimnasio, de la cafetería decorada con paneles de monumentos de la ciudad o los jardines interiores que a través de los grandes ventanales de las fachadas actuaban como elementos más propios de una arquitectura organicista. Y, abrazando todo ello, la luz. La luz tamizada que a través de sus fachadas recubiertas por celdas de hormigón geométricas, cúbicas, lamas y celosías tamizaba la luz exterior, creando un fenómeno atmosférico de recogimiento en pasillos y aulas que en algo recuerdan los ingenios, los edificios y las arquitecturas soñadas y recreadas de Piranesi, pero sobre todo de Boullée. La luz conforma su nuevo templo a la sabiduría en recuerdo de Isaac Newton, pero también los espacios diseñados para un nuevo hombre, dejado atrás el Ancien Regimen, en su Metrópolis en tiempo de tinieblas. Parece evidente que el conocimiento de los utópicos y su relación con Moreno Barberá nos produce extrañamiento, pero en la medida que comprendemos el papel bisagra que en ello tuvieron los planteamientos racionales, utópicos y lumínicos de Le Corbusierssss1 o Mies van der Rohe, algo más se pone en valor.

Правообладателям