Читать книгу Fernando Moreno Barberá: un arquitecto para la universidad онлайн
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Entre 1959 y 1975 en la universidad española experimentó un vertiginoso proceso de cambio, que fue clave para la recuperación de la democracia del país. Como ha reseñado Marc Baldó, se trata de un proceso que tuvo dos ejes convergentes: la movilización y rebeldía de los estudiantes y de los profesores más jóvenes, y la construcción de una vida cultural más libre, crítica, moderna y democrática. Para ello y quizá por ello, la universidad se vio obligada a crecer. Los ensanches del XIX (1858 y 1884) no se habían planteado la posibilidad de ir más allá del río. El Turia, en palabras de Rosellóssss1, era una barrera psicológica difícil de superar. Pero aun así tenemos un precoz proyecto, el del arquitecto Manuel Sorní (1865), quien junto a Juan Mercader diseñase la apertura de la calle de la Paz en 1869, con su idea de proyecto de tranvía y viviendas flanqueando el camino al mar, un proyecto visionario que se adelantaba al concepto de la madrileña ciudad lineal de Arturo Soria. El salto se produce en 1910, por tanto muy antes del intento de desarticulación de los movimientos estudiantiles por el franquismo, cuando ya se había diseñado parte del paseo de Valencia al mar y germinaban las primeras facultades de ciencias y medicina. No obstante, el impulso definitivo tras proyectos abandonados, otros paralizados, etc., vendría a raíz de la riada de 1957 y formó parte de los ambiciosos proyectos urbanos de la dictadura franquista.