Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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Cierto es que existía un sector político que en un principio, no exento de razón, impuso las reglas de la revolución social, con sus huelgas, requisas, comités, controles…, pero el imponer convertir esta transición en permanente fue un error y pérdida de tiempo. No era de este modo como se podía enfrentar a un ejército profesional que, además, consiguió enseguida la ayuda de Alemania e italia. Eran los anarquistas que sobre todo en Barcelona tenían una fortísima implantación con las siglas CNT-FAI. El lema de los demás partidos era «Primero ganar la guerra, después la revolución».
Volviendo a los acontecimientos de Madrid y a la actitud de los gobernantes, como era de esperar, las fuerzas políticas y sindicales del Frente Popular empezaron a presionar, como ya queda dicho, convocando la huelga general y exigiendo la entrega de las armas. Ciertos partidos políticos y en especial la UGT, organización sindical mayoritaria en Madrid, disponían de armas que sin pérdida de tiempo distribuyeron entre sus afiliados. Ello facilitó rodear y atacar el Cuartel de la Montaña, donde se habían concentrado, además de los militares propios del cuartel, otros militares de diversos regimientos y gran número de paisanos falangistas. La toma de este cuartel supuso el aplastamiento del golpe militar en Madrid.