Читать книгу 40 ejercicios de neurociencia para vencer el estrés. Entrenamiento cerebral cotidiano para vivir mejor онлайн

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Retomemos la primera definición de estrés de la historia que se mencionara en líneas previas (“la respuesta no específica a toda demanda que se le haga”).

Es posible hacer una serie de especificaciones que permitan encuadrar esa misma idea en lo que hoy se conoce como estrés.

Ante todo, se trata de una cuestión de estímulo/respuesta. El estrés es la fuerza que se crea ante un estímulo determinado previendo una respuesta adecuada para él.

El estímulo puede provenir del interior (las propias ideas que el sujeto se forma, como el temor a la oscuridad) o del ambiente (cuestiones concretas, como dar un examen o jugar un partido de tenis).

Esa fuerza se produce de manera psicológica o fisiológica. El individuo tiene reacciones en su físico y en sus sensaciones. Por ejemplo, suda y se asusta.

No obstante, este binomio estímulo/respuesta no es necesariamente dañino.

Como se vio, en muchas ocasiones es indispensable que se produzca para sobrevivir (tener miedo al fuego salva de ser quemado).

El problema del estrés tal como se lo concibe hoy se vincula con la respuesta propia de cada individuo. Es decir, con la fuerza que desencadena en función a su propio y particular modo de reaccionar.

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